Crónica de un gestor cultural piurano en Lima

Por: Linconl Ramírez 

Cuando la gente me pregunta cómo es la carrera que ahora estudio, Historia y Gestión Cultural, suelo mencionar los viajes que realizamos como parte de algunos cursos. La gente que me oye con verdadero interés se sorprende, veo que sus ojos brillan y seguro se imaginan un montón de cosas, algunos incluso sueltan comentarios de sana envidia y se nota cuánto les gustaría viajar y tener esa experiencia durante la universidad. Si bien los viajes no son lo único que conforma la carrera, ni tampoco lo más valioso, hay que reconocer que son algo atractivo; y es preciso añadir, como dicen nuestros docentes, que estos viajes no son para “hacer mero turismo”. Cuando se realiza un viaje, los gestores culturales deben estar pendientes de su entorno, de cada elemento y su respectiva función, significado e intención. Nosotros siempre estaremos viéndolo todo, quizá demasiado, quizá muy ansiosamente, con el fin de analizar con minucia los engranajes que hacen funcionar algo, un espacio cultural, una actividad, un evento. Y de esto va este artículo, o crónica, que parte desde la siguiente pregunta: ¿cuál es la visión de un estudiante de Gestión Cultural cuando realiza un viaje de estudios? 

 

Uno de los últimos viajes oficiales que realicé fue a Lima, más precisamente: a algunos museos de Lima, en el marco del curso de Museología y Museografía con la profesora que imparte el curso, Cristina Vargas, y mis compañeros. La idea era la siguiente: por cuatro días, desde el 18 al 21 de mayo, visitaríamos una serie de museos, hablaríamos con especialistas y utilizaríamos todo lo aprendido durante clases para entender los espacios y enriquecer nuestra visión de campo. No se detallarán aquí todos los museos, pues sería una difícil tarea, tanto para quien escribe como para quien lee. Aquí se hablará únicamente de un espacio, quizá elegido egoístamente, pero que significa mucho para mí.

 

La Casa de la Literatura Peruana, 18 de mayo de 2024

Falta media hora para las 10 de la mañana. La antigua Estación de Ferrocarril de los descalzos, donde ahora se levanta la Casa de la Literatura Peruana, padece de soledad. 

Afuera estamos los primeros estudiantes, la mayoría hemos tomado taxi para llegar y ahora comentamos los precios que pagó cada uno: algunos poco y otros, demasiado. Vemos pasar a los turistas tomándose fotografías, hablando en su idioma, mirando a todos lados y abriendo la boca. El Centro Histórico de Lima siempre causa sorpresa, ya sea por su historia, su estado actual o, para un estudiante de Piura, por su frialdad en las mañanas de mayo.

Cuando se abre la Casa de la Literatura ya estamos todos. La profesora Cristina da algunas indicaciones y luego escuchamos las palabras de bienvenida de nuestra guía/mediadora.

Al entrar nos encontramos con una exposición muy extraña y a la vez imponente. Miramos con curiosidad una esfera negra con incrustaciones de cuarzo y conchas marinas, se apoya sobre una base que tiene un poema inscrito, al rodearla se lee: “No escribo nada que no esté escrito en el cielo / La noche entera palpita / De incandescentes palabras”. Es un reto para la curiosidad: ¿qué quiere decirnos?, ¿por qué se presenta así?, ¿por qué allí?. 

Por otro lado, al fondo del recinto hay una gran fotografía a blanco y negro de un hombre que se parece a Borges. Pero no es Borges. Ese rostro atacado por sombras puntiagudas –así es el arte fotográfico– pertenece a Jorge Eduardo Eielson. Y nuestra guía lo confirma, se trata de este sensible y prolífico artista.

La exposición temporal se llama Todavía mi nombre es Jorge, curada por Rodrigo Vera Cubas y dedicada a Eielson por el centenario de su natalicio. Leyendo un artículo de Casa de la Literatura (2024), me entero que la muestra se divide en dos partes que se complementan. La primera, a su vez, contiene dos instalaciones del artista Carlos Runcie Tanaka: “Firmamento/ Así en la tierra como en el cielo” (la esfera negra con incrustaciones de cuarzo y conchas marinas, puesta sobre una base) y “Azul/ Sé perfectamente que en mi casa” (un telar azul que se anuda y tensiona por las columnas de la escalera principal hasta descender y terminar en los versos de los escalones), ubicadas al ingreso del recinto y sobre las escaleras principales del mismo, respectivamente, que proponen un diálogo tanto con la obra poética como plástica de Eielson.

La segunda parte está en la Sala de Autor (primer espacio hacia el lado izquierdo del lugar), aquí se abre una aproximación hacia el quehacer artístico del creador y tiene también dos secciones tituladas: “¿Qué hacer con el poema?”, enfocado en sus experimentaciones alrededor de la poesía visual y conceptual, y “Gestos, nudos y tensiones”, que aborda parte de sus ejercicios textiles y sus posibilidades artísticas.

La información solo es una parte de la obra y para entenderla no basta apoyarse de fotos, sino hay que verla y cuestionarla directamente, esto solo se logra estando en el lugar. Un plus más para el viaje.

Luego continuamos el recorrido y llegamos hasta la exposición permanente Intensidad y altura de la literatura peruana que, muy aparte de lo bien pensada que está en cuanto a contenido: con 5 nudos temáticos principales y 2 adicionales de refuerzo, utiliza recursos interpretativos lúdicos e innovadores que enriquecen la experiencia.

Las estaciones sonoras y lectoras que encontramos en varias salas, las piezas de arte, los espacios participativos, los materiales para llevar y también los audiovisuales nos acercan al contenido literario expuesto y, asimismo, a la confrontación y el reconocimiento de quienes somos en verdad (Casa de la Literatura, 2019). Por ejemplo, en la primera sala, Voces tejidas, aparecen protagonistas las 47 lenguas originarias que hoy se hablan en el Perú y, además, podemos escuchar varias de ellas contándonos una historia. En las siguientes salas sucede lo mismo, estas nos invitan a repensar muchas cuestiones: ¿conocemos realmente los conflictos de nuestra sociedad?, ¿alguna vez los conocimos?

Avanzamos un poco más y nuestra guía/mediadora nos enfrenta a propósito con, muy posiblemente, el mural más característico de la sala Urdimbres y sutilezas. Un mural enorme de colores y tonos enteros que van desde los azules, verdes, marrones y hasta rojos. Vemos dentro de la pintura muchas figuras que parecen moverse: personas realizando un sinfín de actividades, animales, seres divinos, una serpiente enroscada bajando por una pilastra y con parte de su cuerpo flotando en el agua fluvial, hay embarcaciones, camiones, árboles, pueblos, ciudades, en fin, muchos elementos en un solo lugar. 

Nosotros observamos y queremos leer entre líneas su significado. Entonces la señorita que nos guía lanza la pregunta: “¿qué elemento les ha llamado más la atención?”. Reflexionamos, volvemos a observar y por un momento nadie se atreve a responder. Hasta que al fin alguien dice algo, se menciona a la Historia del Perú como eje medular de la obra, dice que aparece la conquista española, la migración, el pasado, el futuro, etc. Alguien más menciona el pequeño texto que aparece en el centro y que dice: “Y el Perú, ¿qué? Todas las naturalezas del mundo en su territorio, casi todas las clases de hombres”, frase que Arguedas (1971) escribiera en su última obra El zorro de arriba y el zorro de abajo y que Josué Sánchez, pintor del mural, reutilizaría aquí.

La conversación puede alargarse más, de la nada, todos tienen algo para decir: una perspectiva distinta, una idea que quieren compartir, su propia interpretación. Nuestra guía/mediadora quiere escucharnos a todos, pero el tiempo es tirano y solo le queda encauzar la charla concluyendo que: “el Perú es demasiado diverso y ahí está su riqueza”. Nos movemos a otro espacio. 

Para entender a la Casa de la Literatura Peruana hay que verla con paciencia. Nuestra incursión, lamentablemente, es breve. Pasamos por las demás salas aprovechando en leer y fotografiar todo lo que podemos. Pasamos por una que tiene artilugios muy extraños, como una especie de conos oscuros suspendidos en el aire, de cuyo interior surge una voz con un poema. Ubicamos nuestra cabeza bajo algún cono y escuchamos, la experiencia es nueva, tal vez extraña, pero muy estimulante. Estamos en el espacio El poema es mi cuerpo, donde dialogan la poética de César Vallejo, José María Eguren, Martín Adán, Jorge Eduardo Eielson, Rosella Di Paolo y, la infaltable, Blanca Varela, por mencionar algunos.

Luego nos desplazamos a la zona de ingreso de la Casa de la Literatura, nuevamente. Caminamos hasta un pasadizo peculiar, pues, mientras avanzas, descubres una historia narrada mediante dibujos en los muros. La historia lleva por título “La muerte del yatmandú”, del escritor Luis Salazar Orsi y las ilustraciones estuvieron a cargo de César Chujutalli (Casa de la Literatura, 2023).

Al final nos encontramos con el café literario, un punto de lectura gratuito y libre para todos; una terraza al aire libre que invita al encuentro de lectores y amantes de la literatura. Desde allí se ven los rieles del ferrocarril que actualmente cubre la ruta Lima – Huancayo – Lima (Pacheco, 2019). volvemos a entrar a la casa.

Entramos por un acceso inferior de la institución, el que conecta al café literario y la Biblioteca Mario Vargas Llosa. La biblioteca está al centro de ese salón imponente. Si miramos hacia arriba vemos una gran farola de vitral de estilo Art Nouveau, nos dice la profesora Cristina Vargas, y así lo confirma nuestra guía, estas farolas estaban muy a la moda en la época que fue construido el edificio, a inicios del s. XX.

Pero volviendo a la Biblioteca, se nos informa que por cuestiones de tiempo no podemos acceder. Es una lástima, claramente es un lugar agradable, con mobiliario cómodo, personas amables y, sobre todo, rodeado de muchos libros a la mano. Un acicate para la lectura, por supuesto.

El tiempo pasa demasiado rápido y nuestra visita termina. Nos dirigimos a la puerta de ingreso para despedirnos, al menos por ese día, de la Casa de la Literatura Peruana.

El itinerario que sigue es fecundo: pasaremos al Teatro Segura, al Museo del Teatro e incursionaremos brevemente en la Feria de Museos que está abierta por esa única fecha. Este primer bloque será durante la mañana y solo en el Centro Histórico. Por otro lado, en la tarde, nos dirigiremos a Barranco para conocer el Museo Pedro de Osma y, como conclusión feliz del día, el Museo de Arte Contemporáneo de Lima.

 

Comentario final sobre el viaje

Solo para agregar, los días restantes del viaje: 19, 20 y 21 de mayo, transcurrieron con la normalidad que nosotros, estudiantes foráneos, pudimos esperar. Fuimos a otros espacios museales, hablamos con sus encargados y seguimos aprendiendo. Por mencionar algunos: el LUM (Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social), el MUCEN (Museo Central) sede Lima, la Fundación Biblioteca Museo Temple Radicati, la Pinacoteca Municipal Ignacio Merino, la Casa Museo Julia Codesido, entre otros.

 

 BIBLIOGRAFÍA:

Arguedas, J. M. (1971). El zorro de arriba y el zorro de abajo. Editorial Losada.

Casa de la Literatura. (2019). Intensidad y altura de la literatura peruana. Itinerarios de lectura para la escuela. Colección Itinerarios de lectura, 1, Ministerio de Educación. Disponible en: https://acortar.link/I95apl

De la Literatura Peruana, C. (13 junio de 2023). [Descarga el libro] “La muerte del yatmandú”, de Luis Salazar Orsi e ilustrado por César Chujutalli - Casa de la Literatura Peruana. Casa de la Literatura Peruana. https://www.casadelaliteratura.gob.pe/descarga-libro-la-muerte-del-yatmandu-luis-salazar-orsi-e-ilustrado-cesar-chujutalli/

Casa de la Literatura Peruana. (23 de junio de 2024). «Todavía mi nombre es Jorge»: un diálogo con la obra artística de Eielson - Casa de la Literatura Peruana. Casa de la Literatura Peruana. https://www.casadelaliteratura.gob.pe/todavia-nombre-jorge-dialogo-la-obra-artistica-jorge-eduardo-eielson/

Pacheco, R. C. (20 octubre de 2019). Casa de la Literatura Peruana: un recorrido por la antigua estación de tren Desamparados. El Comercio Perú. https://elcomercio.pe/vamos/consejos-de-viajes/casa-de-la-literatura-peruana-un-recorrido-por-la-antigua-estacion-de-tren-desamparados-noticia/

 

 


 

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